13 de enero de 2015

¿Quién es Charlie?



Qui est Charlie?




Es la cuestión más acertada que debería hacerse él que quiere entender lo que ha pasado y está pasando, lo que se desvela del iluminado oscurantismo.

Para Occidente, lo que se expresa en este momento de reciente terror, es el homenaje a un largo trabajo de divulgación de la revista sarcástica Charlie Hebdo, trás el atentado cometido en su sed, el día 7 de enero, donde murieron asesinados dibujantes y más personas, en una acción vengativa reivindicado por el grupo terrorista Al Qaeda. Esta atroz y desproporcionada represalia es la respuesta de unos ejecutores de la ley islámica que considera la crítica como ofensa mortal: algo debería cambiarse en esta ley para evitar dañar a los derechos humanos.
Conocedor de la amenazante situación, desde 1970, el equipo de dibujantes desarrolla y plasma por lo cómico, lo provocativo, la burla, sus viñetas y artículos en su periódico semanal; es decir, trata con una picante mofa la información servida por los medios de comunicación, que responde a los acontecimientos tanto del país (Francia) como internacionales en el ámbito de la política, de la religión, del sexo y de los demás temas de la vida en general. Su lema de vanguardia es la Libertad de Expresión.

¿Qué sentido tiene, tratar con la risa y la diversión, los temas importantes del cáracter humano, de sus acciones y pensamientos, a menudo incomprendidos en su globalidad?
La redacción de Charlie tiene esta audaz y reiterada iniciativa de pregonar sobre los temas más destacados, lo que sus asiduos lectores piensan en bajo, y eso para su entretenimiento. Con esta introversión del lector, la lectura de esta revista le provoca en consecuencia un cierto tipo de risa; reaccionando como la válvula de escape de lo reprimido y macerado en el interior. No todos se ríen de los mismo, hay para cada cuál... De la sonrisa a la espasmódica carcajada, esta actúa como un analgésico suministrando endorfinas para el cerebro y como antiinflamatorio resorbiendo los síntomas del malestar interior, generando un pasagero bienestar, trasladando a otras esferas la raíz del problema sufrido y su esperada resolución, reforzándolo repetidamente quedando fijado y asumido. Como todo medicamento destinado al consumo, su efecto es efímero, reclamado más para tomar en breve, transformándose en una adicción...
"! No toques a mi Charlie, a mis Guiñoles y otros... !”


Decir o denunciar las cosas que no funcionan con asertividad, respeto y empatía, sin dañar otros derechos o ideales no impacta del mismo modo, tampoco es tan rentable. La libertad de Charlie (y similares), es la libertad de seguir enfermos y encerrados, divertidamente manejados, del individuo a las masas, inducidos en defender a toda costa, la libertad de continuar inconscientes con el sufrimiento, hasta matar o morir ..."Aux armes citoyens...". Es la dualidad de un recurso que pretende delatar las diferencias, las injusticias, pero hiriendo con el lápiz; provocando las esperadas reacciónes masivas, al servicio de lo establecido. Sigue siendo un instrumento sistémico de "risoterapia" incitadador e inhibidor a la vez, que mantiene dentro de cada frontera creada, una sensación de unidad por división, en nombre de conceptos como la “libertad de expresión”.

La Vida y la Muerte seguirán enseñando a la Humanidad, hasta que aprenda quien es.
! Empecemos por burlarnos de uno mismo, y esto sí que cura !